Con Harry Potter
redescubrimos esas películas de fantasía que desde los 80 ya no se veían, con su inocencia y un universo que giraba alrededor de la magia donde existían las varitas, los duendes y unas escuelas de magia donde cenabas todos los pasteles que quisieras. De ese modo disfrutamos de nuevo con la segunda entrega y, cada vez más, teníamos patente la importancia de la factoría Harry Potter. Sin embargo, llegó la tercera entrega, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, donde una vez más acudí con mi sobrino mediano y,una vez más, la sala estaba a rebosar de niños. Pero esta vez fue diferente, notamos algo distinto, algo había cambiado, en la trama, en el color, en la presentación, una oscuridad, una maldad oculta. Recuerdo mirar a mi alrededor y darme cuenta que los peques ni respiraban, mi sobrino ya era mayorcito, pero
el resto estaban... acojonados. Los mortífagos, los hombres lobo, las transformaciones, aquello ya iba en serio.
Cuando vi la cuarta ya no fui sólo con mi sobrino mediana y mi hermana, sino que nos acompañaba ya Marc, el más pequeñito de todos y que tenía edad para ver Harry Potter. Al no leer los libros no teníamos ni idea de qué iba a suceder así que estaba algo susceptible por si ocurría lo de la tercera. Pero no fue así, recuerdo pensar "es la mejor película de Harry Potter" cuando salí de la sala. A excepción de la muerte de Cedric, nos lo pasamos muy bien en el cine. A continuación vino la quinta entrega y, por extraño que parezca, me supo a poco.
Fue entonces cuando empecé a fijarme en las críticas de los lectores y ví que todos se quejaban de la adaptación del libro a la gran pantalla. Ya no pude más y me los leí.
Los 7, de un tirón.
Me leí la saga entera en menos de dos meses. Los que la conocéis ya sabéis que engahca, y de mala manera. ¿Y cómo es que me engancharon tanto a pesar de haber visto las películas y saber lo que sucedía? Sencillamente porque en las pelis no explican ni la misa la media. También es cierto que es imposible plasmarlo todo en dos horas y media (que ya son) de film, pero la verdad es que
los libros fueron un lujo, una forma de matar el mono de Harry Potter de mala manera. Me volví fan del fenómeno, me compré una varita (y no me compré más porque son caras, pero todo llega jejeje) y fue cuando me dí cuenta de que las películas no estaban a la altura. Eran buenas y las había disfrutado pero
había algo que no encajaba, y lo descubrí en la sexta, Harry Potter y el misterio del Príncipe. No voy a entrar en el tema de las adaptaciones de libros pero estaba clara una cosa, se habían salido del guión.
La sexta película se centraba más en las andanzas adolescentes de los ya crecidos protagonistas que en la trama en sí, y lo quisieron justificiar diciendo que se tenía que mostrar que habían madurado y llegado a una época conflictiva... joder, si llevaban dándose de hostias contra el mal desde los 11, más conflictivo que eso ya me dirás tú.
Así que quedé decepcionado, decepcionado porque la historia, la verdadera historia de Harry Potter pasaba desapercibida desde la película número cuatro.
Hasta que me enteré que J. K Rowling quería que la última fuera en dos partes. Aquí las teorías son muchas y diréis lo que queráis, que si el dinero que si tal, pero yo prefiero pensar que la mujer estaría harta de las adaptaciones (de hecho en una entrevista algo dijo al respecto) y dejó bien claro que quería que el final, el libro 7, fuese explicado todo todito. Y así llegamos a la séptima película, donde mucha gente se queja de que no pasa nada, y es porque no han leído el libro. Si lo hubiérais leído sabríais que pasa TODO, algun error, alguna omisión, pero poco más.
Es una película preciosa, con escenas tan impactantes como el obliviate de Hermi
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onne o el baile de ella con Harry, donde queda claro una cosa: son muy amigos, y nada más, pero muy amigos. Esa escena vale su peso en oro.
Y ese es el camino recorrido. Ahí van 10 años de mi vida siguiendo a Harry Potter, 10 años que terminan hoy, en la sala de cine número 3 del Maremagnum de Barcelona, a las 20 h de la tarde. Ya sé como termina, pero me da igual, los quiero ver, en carne y hueso, quiero esa batalla final, quiero ese sufrimiento, quiero esas desvelaciones, quiero toda esa magia delante de mi. Me hayan "decepcionado" o no algunas películas después de leer los libros,
son 10 años cogiéndole cariño a unos personajes y, porqué no, a sus actores. Me va a dar penita cuando se enciendan las luces y, a pesar de que van a caer todas en DVD,
hoy va a ser el último dia en que escuche en la sala de cine durante unos segundos del principio esa cancioncita característica mientras aparecen las letras características que dicen: HARRY POTTER y las reliquias de la muerte, segunda parte.
PD: Si algo aprendí viendo la primera arte de la séptima película en el IMAX de Barcelona es que
hay que estar preparado, y llevar la varita ¿y vosotros? ¿llevaréis la vuestra? :D
¡Buen fin de semana a todos!