Ataque a los Titanes

Si hay un anime de moda, y siendo totalmente justificado, ese es Ataque a los Titanes, basado en el manga de Hajime Isayama. Y me refiero al anime porque es lo que he visto, en el manga todavía no he entrado aunque, por desgracia, no me han hablado muy bien de él en cuanto a calidad gráfica se refiere. 


El anime nos cuenta la historia de la humanidad en un... bueno, no me queda muy claro si es un futuro "apocalíptico" o un presente que no se ha desarrollado como dios manda debido a lo que os voy a explicar. Y es que la raza humana casi es exterminada debido a la aparición de una especie de gigantes con cara de idiotas (ya que, en teoría, no son inteligentes y se mueven sólo por impulso) pero a los que les encanta comer humanos como pasatiempo. Además, no todos los gigantes tienen el mismo tamaño, tenemos desde 3 metros hasta 15 metres. El caso es que, debido a esos ataques, se construyeron unas murallas gigantescas de unos 50 metros, rodeando así la población en círculos concéntricos de las mismas para protegerse de esta nueva especie que domina el resto del planeta. Como complemento se crearon unas fuerzas del "orden" entrenadas para matar a estos gigantes a los que llaman Titanes. Son cuerpos especializados que usan una especie de ganchos lanzados con aire comprimidos con los que, gracias a los cables de los mismos, se pueden mover y balancear a gran velocidad como si de Spiderman se tratase.


Sin embargo eso es nada, simplemente la historia antigua, y es que, todo se complica cuando de repente aparece un Titán de 60 metros que tira abajo una de las murallas y permite la entrada a los otros Titanes más pequeños provocando una masacre de dimensiones épicas. Entre las bajas se encuentra la madre de Eren, el joven protagonista de la historia que jura que acabará con todos los Titanes.

Hasta aquí podría ser una historia de venganza, entrenamiento y blablabla de lo más típica, pero... NO LO ES. Si por algo está triunfando Ataque a los Titanes es precisamente por no ser típica, por tener unos cliffhangers del copón y unos momentos inesperados que te dejan con la boca abierta. Nada va salir como el espectador quiere y, cualquiera, CUALQUIERA, puede ser víctima de los Titanes. El autor sabe rodear al protagonista de un montón de personajes carismáticos que enseguida se ganan el cariño del telespectador para, a continuación, hacer lo que yo llamo un George R.R. Martin en toda regla. Zasca. 


Por si fuera poco, todo y que el dibujo parece algo grueso y estático, las escenas de acción son brutales, con un dinamismo y una animación que ya quisiéramos más de uno para una serie de dibujitos animados de Spiderman. Es quiza todo este dinamismo lo que, junto a la cantidad de café que toman todos los protagonistas, lo que le da (en mi opinión) el único punto flaco a la serie: el istrionismos e histerismo que a veces te sacan de quicio y no te dejan ver la serie con tranqulidad. En otras palabras, que no tengo bastante ya con morderme las uñas ante lo que está pasando para que me vengan todos los personajes gritando como unas histéricas en el plató del Sálvame. 

En definitiva, una serie de 25 episodios hasta la fecha que, no sólo va a tener continuación, sinó que ya han anunciado película en imagen real y que seguro que no os defraudará, incluso si no estáis acostumbrados a ver ánime.

L-U-P-U-S

Comenzar el año hablando de tebeos, no podía ser de otra manera. Además, quería hacerlo entrando por la puerta grande porque este es de esos tebeos que DISFRUTAS viñeta a viñeta ¿Sabéis cuando estáis tan metidos en un tebeo, en una historia, en unos personajes qué miras el número de páginas que faltan para después lamentarte de que lo tienes que terminar? Pues ese es Lupus, de Frederik Peeters.

Lupus narra la historia de... Lupus, un joven con un estraño nombre, y su mejor amigo, Tony, cuyo objetivo es pasar un año sabático perdidos en un planeta, pescando y metiéndose toda droga habida y por haber. Hasta ahí parece un buen plan, hasta que conocen a Sanaa, una joven aburrida que dice que los quiere acompañar. A partir de ahí la cosa se complica hasta el punto de convertir el año sabático en un recorrido espacial, no sólo por el universo, sino también a través de los entresijos que llevan a una amistad y las responsabilidades derivadas de la misma. 

Normalmente digo esta frase siempre al final, pero la suelto ahora y que quede clara desde el principio: Lupus es el tipo de tebeo que DEBE estar en vuestras estanterías. Pero no me malinterpretéis, no es una cuestión de obligatoriedad, de cátedra del cómic o alguna mierda de esas, no. Lo digo porque sé del cierto que os va a gustar, porque sé que estoy recomendando un tebeo con el que os lo váis a pasar genial y porque los lectores nos merecemos ese tipo de lecturas. Creo que podría hacer una tesis doctoral al respecto, porque con algo os tengo que orientar, pero Peeters consigue crear una narrativa única y especial que lo convierten en uno de los mejores narradores que he conocido nunca. Hace uso del silencio como ninguno, como Adachi y como otros tantos a los que admiro, y con una capacidad sobrehumana de comunicar todo tipo de sensaciones en una única viñeta.

Es más, Lupus se convierte en una obra que podéis regalar, apta para todo tipo de lectores, aunque no sean lectores de tebeos, una novel gráfica que te llega porque sus personajes y su historia son universales, nunca mejor dicho.


2014

"Todos cambiamos. Si piensas sobre ello, somos gente diferente a lo largo de nuestra vida, y eso es bueno, tienes que seguir adelante, siempre que recuerdes todo lo que solías ser" Matt Smith. 
Doctor Who

Y es que mira que tiene razón el condenao. Si lo pienso bien creo que, a día de hoy, me he regenerado unas 3 veces en total; os puedo asegurar que no es el mismo el Paco que cumplió 15 años, que el que cumplió 24 que el que cumplió 35, y voy camino de los 37. Me fascinó el discurso el monólogo de Matt Smith porque cuanto más lo pienso más le doy la razón. He dedicado unos días a pensar en ello, de forma muy introspectiva y, efectivamente, he cambiado bastante. Como toda regeneración, conlleva cosas buenas y cosas malas, hay cosas de las que no estoy orgulloso y cosas de las que me arrepiento. 

Es fácil regenerarse en la adolescencia, sobre todo porque comienza con un cambio físico: nuevas sensaciones, nuevos deseos, nuevos objetivos, muchas cosas nuevas cuando dejas de ser un crío. En mi caso he mantenido sueños e ilusiones que se me grabaron a fuego de pequeño, quizá por eso me gusta tanto la Navidad o soy una persona nostálgica. Más adelante, después de la universidad, volví a cambiar. No se tratan de pasos de un momento a otro, que va, llegan algo más de tiempo pero cuando te das cuenta eres una persona diferente, al igual que soy ahora y posiblemente lo seré en unos años. Estoy convencido y, de hecho algo me río por dentro, que si esos tres Pacos se encontrasen ahora mismo discutirían a base de bien. El de 24 le echaría en cara cosas al de 35 al tiempo que éste intentaría que el de 15 no cambiara nunca.

Pero es con propósitos, y no regeneraciones, que comienza un año. Así que intenté marcarme un único propósito para este 2014: dejar a un lado el caracter agrio que se me ha formado con el tiempo. A parte de eso tengo una lista pendiente de cosas para hacer: escribir más tebeos, publicar uno (de momento), acabar la tesis doctoral, cuidar más de mi gente... pero eso, bueno, eso son cosas que haré si o sí. Sin embargo, llevo una semana y os aseguro que mi caracter no va a cambiar, no con este Paco. Y es que este Paco, el actual, ha descubierto que no se puede permitir ese lujo. Y ya, voy a dejar de hablar en tercera persona. El caso es que me es imposible, porque todo ello viene de como están las cosas y como son las personas, y no puedo evitar ni una cosa ni la otra, más que nada porque no me da la puta gana de irme a vivir a una isla desierta.

De modo que, para 2014, me voy a plantear propósitos que tengan que ver con trabajar, estudiar o hacer cosas pero no intentaré cambiarme, no porque, de momento y hasta la fecha, ninguna de las personas que me importan se ha quejado al respecto y segundo porque es difícil, ya que van a tener que esperar hasta la próxima regeneración. Y no me importará porque, almenos de momento, siempre he recordado quien solía ser.

 


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