Mi perro encontró una Dragon Ball

Cuando adopté a mi Noah, no sabía que venía con juguetes incorporados. Os cuento.

Desde hace una semana, aproximadamente, mi chucho, este que parece el Joker aquí mismo

estaba malito. Tenía mocos, algunas dificultades para respirar y poco más. En resumen, que estaba resfriado. Aparte de eso comía bastante bien y jugaba de lo lindo, con lo cual no había motivo para preocuparse. Hasta el martes por la noche cuando me dí cuenta que realmente sí le costaba respirar y la mucosidad que tenía era demasiada. De ese modo, y asesorado por mi compi del curro, me fuí a una clínica veterinaria bastante conocida en Lleida.

Cual fue nuestra sorpresa cuando, después de dos radiografías, nos dice el veterinario: "lo mires por donde lo mires, eso es una pelota". ¿Una pelota? ¿Dónde? En el estómago ¡Eso es imposible! (decía yo) En casa no tengo pelotas pequeñas (sólo de Tennis, que las mastica como chicles) y nunca ha jugado con algo así. En fin, aunque el resfriao era sólo un resfriado y no tenía nada que ver con la pelota había que quitársela por el peligro que aquello entrañaba.

Así pues, ayer, después de tres cuartos de hora en el quirófano (y gracias a Dios sin tener que operar) pudieron sacarle por la boca la dichosa "pelotita". Una pelotita enorme y de esas de goma dura que tanto pesan. Ahí os dejo las fotos, comparándola con mi reloj para que os hagáis una idea de lo grande que es. Ah, la bola tenía una estrella en el centro, así que creo que si consigo encontrar 6 perros más con esas bolas seguramente podré pedir un deseo :p