Una parada en el camino.

Hay ocasiones en las que me siento aquí y no sé de qué hablar, otras en las que tengo tanto que escribir que simplemente preparo entradas como para una semana y otras en las que simplemente tengo que contar algo.

Esta noche me he ido a dormir y me he levantado de la cama porque, sencillamente, he sentido el impulso de contaros algo, aunque la palabra exacta sería "necesidad", me quemaba por dentro la necesidad de deciros un par de cosas. Hasta el punto de que me da igual quien lo lea, sé que hay gente que me conoce que lee este blog y me ven día a día, no me importa. Una vez un bloguero me dijo que le gustaba este espacio porque se nota que no me preparo nada de antemano, que tal como llego lo vomito, y puesto que ni soy periodista ni soy escritor (ya me gustaría a mi) eso es lo que voy a hacer, con lo que no os prometo nada, ni siquiera que entendáis que pretendo o porqué lo hago, sólo leedo.

Este último año no ha sido precisamente lo que podríamos llamar bueno, ni siquiera regular, ha rozado el desastre, en mucho aspectos. Claro, aquí no cuento nada, sólo hablo de comics, de cine, de libros, de frikadas, pero vamos, esas cosas pasan. ¿Qué os voy a contar a vosotros? En todos sitios cuecen habas, seguro que algunos ya sabéis a lo que me refiero. Y tampoco no es que sea la primera vez, han habido otros años malos, y estoy seguro que los volverá a ver. Lo que ocurre es que llega un punto en que uno se cansa.

Creo que lo que más me disgusta no son mis problemas, de hecho mis propios problemas me parecen algo "asequibles", es tan sencillo como que en parte tienes el control de ellos, quizá no podrás dominarlos pero con saber qué ocurre es más que suficiente, de ese modo ya estás de "preparado" para lo que venga, por decirlo así. La peor parte es cuando no puedes controlar lo que le ocurre a tu familia o a tus amigos, hay un cierto grado de impotencia porque no puedes intervenir, no puedes ayudar, no puedes "salvarlos". Es entonces cuando es importante cuidarse uno mismo, no se trata de ser egoísta se trata de hacer una parada en el camino.

Te paras.

Miras a lo lejos, tan lejos como puedas.

Tomas aire. Esto es muy importante. Cierras los ojos y tomas aire.

Lo expulsas.

Y vuelves a caminar.

Porque en el momento en el que te paras, en el momento en que, sea lo que sea que veas al fondo, te echa para atrás aunque sea un paso, entonces estás perdido. Lo realmente gracioso es que no necesitas hacer grandes cosas para caminar, las zancadas sobran. Sólo es necesario un gesto, a veces una sonrisa, quizá un abrazo, en mi caso ha sido un pensamiento.

Tuve una infancia felíz, que muchos desearían, una adolescencia de lujo y ya pasé la universidad, de los 20 a los 30 se me ha hecho un siglo, pero un siglo de oro, y de los 30 a los 40 la cosa va a ser difícil, pero tengo muy claro como quiero que sean de los 40 a los 50, y de los 50 a los 60... ojalá pudiera ver más allá, pero ningún hombre de mi familia ha pasado de los 65, deseadme suerte :) El caso es que, llegado un momento, hay cosas que tienen que pasar, hay cosas que tienen que verse y hay cosas que se tienen que escribir. No sé porqué, un día me levanté por la mañana y decidí que tenía que hacer el camino de Santiago, al igual que esta noche me he dicho a mi mismo que ésto debía ser escrito. Creo que todo pasa por algún motivo, siempre he estado convencido de ello.

Y ese pensamiento, el que os he comentado que tuve, oh, si os lo contase... El relato de Peter Pan narra que con un pensamiento feliz puedes volar, creedme, podría llegar a OA si me lo propongo (maldita sea, no pude evitar el chiste friki). Fue como si una gran ventana se abriera y dejase pasar todo el aire de la montaña, con todo su frescor y ese olor tan magnífico, como si todo en este mundo fuera verde y puro. ¿Os ha pasado alguna vez el tener un propósito y saber del cierto qué es lo que tienes que hacer? ¿Terner la CERTEZA de que vas por el camino indicado? Y lo más importante ¿Que si lo haces todo irá bien? Así pues

Ya me paré.

Ya tomé aire.

Y ahora vuelvo a caminar.

A ti, Pili, mucha suerte con lo de mañana.

Al resto, buena semana.

Ah, y lo del pensamiento ya os lo cuento otro día :)