La entrada contiene Spoilers
Siempre es triste llegar al final del camino en una lectura y más cuando se trata de una trilogía, sobre todo si dicho camino ha sido realmente bueno. Apocalipsis Z marcó (según mi parecer) el pistoletazo de salida para el género en España gracias al carisma y la empatía que nos llevaban a ir de la mano de un personaje enfundado en un traje de neopreno por los parajes gallegos y acompañado de su gato persa anaranjado. Tres libros después, en "Apocalipsis Z La Ira de los Justos" ese viaje llega a su final, dejándote en la boca un único sabor amargo: el de la despedida.
Enamorado del primer libro me embarqué en el segundo donde, de algún modo, me distancié del personaje principal de la historia a pesar de que también le había cogido cariño a Lucía y Víktor. No me importó ya que creí que era normal que la historia avanzase al igual que las aventuras del protagonista y sus amigos. Sin embargo, cuando comencé el tercer libro y ví que llegaban a Estados Unidos empecé a pasar miedo de verdad "¿A dónde narices me lleva Loureiro?" Entonces comencé a sentir añoranza y ver en la distancia aquellos días en que los viajes y los malos ratos del personaje eran únicamente nuestros, de él y del lector. Pero no ha sido así.
En primer lugar quiero destacar la evolución de Loureiro como autor, para acallar bocas. Se nota (y eso que yo no soy crítico literario) que hay un cambio entre el segundo y el tercer libro, y para muy bien. Sinceramente, es algo que no me importaba demasiado ya que nunca me detuve a mirar el aspecto literario. Y cuando uno no se detiene por eso es por dos motivos: primero porque la historia es tan buena y te engancha tanto que no lo necesita, y segundo porque formalmente debe estar correcto como para que no te des cuenta de que hay algún error o el escritor en cuestión "no sabe escribir". Ya os digo, sólo para acallar bocas.
Sin embargo lo que me ha gustado, y mucho, es como desarrolla la historia y consigue darle un final, un increíble final a todo. Ha sido un placer volverme a encontrar en solitario junto al protagonista, los dos, mano a mano contra el destino y los baches del camino, que es como nos enamoramos todos de esta historia. Es más, quiero decir que la escena del tren es una de las cosas más angustiosas y aterradoras que he leído nunca, que hay un antes y un después de esa escena y que Loureiro te hace sufrir de lo lindo. Aparte, que deciros de que las últimas 200 páginas cayeron del tirón porque no podía soltarlo.
En resumen, Apocalipsis Z ha tenido el gran final que se merecía, reencontrándose de nuevo con el lector, con sus personajes y, sobre todo, con sus orígenes. No os podéis imaginar (o sí) la pena tan grande que fue soltar el libro después de la última página. Pero oye, que para eso están las estanterías, así que no me preocupo Manel, cuando tenga ganas de volver a oir de lúculo sólo tengo que acercarme al estante, coger el libro y empezar a leer: "Hoy va a ser un día de locos. Esta mañana cuando me he levantado..."
Siempre es triste llegar al final del camino en una lectura y más cuando se trata de una trilogía, sobre todo si dicho camino ha sido realmente bueno. Apocalipsis Z marcó (según mi parecer) el pistoletazo de salida para el género en España gracias al carisma y la empatía que nos llevaban a ir de la mano de un personaje enfundado en un traje de neopreno por los parajes gallegos y acompañado de su gato persa anaranjado. Tres libros después, en "Apocalipsis Z La Ira de los Justos" ese viaje llega a su final, dejándote en la boca un único sabor amargo: el de la despedida.
Enamorado del primer libro me embarqué en el segundo donde, de algún modo, me distancié del personaje principal de la historia a pesar de que también le había cogido cariño a Lucía y Víktor. No me importó ya que creí que era normal que la historia avanzase al igual que las aventuras del protagonista y sus amigos. Sin embargo, cuando comencé el tercer libro y ví que llegaban a Estados Unidos empecé a pasar miedo de verdad "¿A dónde narices me lleva Loureiro?" Entonces comencé a sentir añoranza y ver en la distancia aquellos días en que los viajes y los malos ratos del personaje eran únicamente nuestros, de él y del lector. Pero no ha sido así.
En primer lugar quiero destacar la evolución de Loureiro como autor, para acallar bocas. Se nota (y eso que yo no soy crítico literario) que hay un cambio entre el segundo y el tercer libro, y para muy bien. Sinceramente, es algo que no me importaba demasiado ya que nunca me detuve a mirar el aspecto literario. Y cuando uno no se detiene por eso es por dos motivos: primero porque la historia es tan buena y te engancha tanto que no lo necesita, y segundo porque formalmente debe estar correcto como para que no te des cuenta de que hay algún error o el escritor en cuestión "no sabe escribir". Ya os digo, sólo para acallar bocas.
Sin embargo lo que me ha gustado, y mucho, es como desarrolla la historia y consigue darle un final, un increíble final a todo. Ha sido un placer volverme a encontrar en solitario junto al protagonista, los dos, mano a mano contra el destino y los baches del camino, que es como nos enamoramos todos de esta historia. Es más, quiero decir que la escena del tren es una de las cosas más angustiosas y aterradoras que he leído nunca, que hay un antes y un después de esa escena y que Loureiro te hace sufrir de lo lindo. Aparte, que deciros de que las últimas 200 páginas cayeron del tirón porque no podía soltarlo.
En resumen, Apocalipsis Z ha tenido el gran final que se merecía, reencontrándose de nuevo con el lector, con sus personajes y, sobre todo, con sus orígenes. No os podéis imaginar (o sí) la pena tan grande que fue soltar el libro después de la última página. Pero oye, que para eso están las estanterías, así que no me preocupo Manel, cuando tenga ganas de volver a oir de lúculo sólo tengo que acercarme al estante, coger el libro y empezar a leer: "Hoy va a ser un día de locos. Esta mañana cuando me he levantado..."
4 comentarios:
Cogí con ganas este 3º libro, después de tener al 1º como referencia, y al 2º como una secuela/puente (con lo bueno y malo que tiene eso)... y me costó dejarme llevar con gusto con su lectura, como unas 100 páginas que dejé atrás bastante aburrido, confieso, hasta que por fin cogió ritmo y del tirón hasta el final.
Ciertamente como dices, la parte del tren es la master piece del relato, así como en el 1º lo fue la del hospital y en el 2º la de Madrid.
Trilogía recomendable.
Muy buena saga, aunque creo que en esta tercera parte está muy influido por los Muertos Vivientes de Kirkman... los humanos son los más malos de todos, hay montones de páginas sin zombis...
Casualmente me lo estoy leyendo yo también ahora, con lo cual no creo que vaya más allá de esta semana la consabida reseña por mi blog.
Pater-Si, el principio me preocupó a mi también, pero oye, luego genial.
Yota-Hombre, yo creo que era lo lógico, es que llega un punto en que la amenaza zombi es evidente y hay que tratar el tema de los vivos y su convivencia
Chacal-Pues disfrútalo, estoy seguro de que te va a encantar :D
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