El nombre del viento, cuando 14 años valen la pena

Llevaba tiempo escuchando el nombre de dicha novela y leído las buenas críticas pero me resistía porque hacía años que me había cansado de leer literatura fantástica. De algún modo estaba hasta el moño que no tengo de dedicar más de tres, cuatro, cinco o seis libros a una misma historia. No digo que fueran malas, todo lo contrario, pero me sentía como que me perdía otros libros. Es el mismo motivo por el que he dejado de leer libros de zombies (estoy algo empachado) y los voy acumulando en la estantería hasta que me vuelvan las ganas. Finalmente, hace dos semanas, tuvo que ocurrir: ante las ganas de una lectura, y sin nada que poder comprar, mi bibliotecario me recomendó por enésima vez el libro. Del resto no me acuerdo, porque lo he devorado sin compasión alguna.

Tardó siete años en concluir la primera versión, obsesionado no sólo por contar una historia, sino también por cómo contarla. Fue entonces cuando recibió la que aún hoy considera la respuesta favorita de un lector: «Le había dado a un amigo un borrador de la primera parte para que lo leyera. Regresé a casa hacia las dos y media de la mañana y me lo encontré sentado en el porche, esperándome bajo la lluvia. Quería que le pasara el resto». Durante los siete años siguientes la revisó y corrigió, se la rechazaron, siguió revisándola y corrigiéndola, encontró un agente, la revisó de nuevo, buscó un editor y… volvió a revisarla.

Catorce años después de haberla comenzado, llegó a librerías El nombre del viento.

Fuente: www.elnombredelviento.com

Como llevo años sin leer nada de literatura fantástica no puedo comparar ni decir hasta que punto es original el libro pero sí os puedo señalar que es de lo mejor que he leído, en mucho tiempo, y que formará parte de mi estantería como próximo autoregalo de reyes.

El Nombre del Viento, de Patrick Rothfuss, narra la historia de Kvothe (creo que se pronuncia cuoz) un tabernero a simple vista que parece ser toda una leyenda. Kvothe es reconocido por Cronista, un escritor, a quien le cuenta toda su vida desde pequeño y como llegó a ser quien fue... Y aquí es donde no puedo seguir más y es cuando tendréis que confiar en mi: LEEDLO. Os lo digo muy en serio, LEEDLO. No me atrevo a contar nada porque para mi han sido casi 900 páginas de puro placer: de misterios, de "damiselas" en apuros, de magia, de maestros, de... fantasía, en definitiva. Cada página ha sido una aventura y cuando te das cuenta te has cascaco casi 400 páginas.

Es más, voy a ir más allá, y lo voy a equiparar con mi libro favorito: El Médico, de Noah Gordon. Algo que no se debe hacer nunca pero creo que es la ocasión perfecta para que os hagáis una idea de cuan bueno es. Y es que al fin y al cabo son libros parecidos, tenemos un protagonista que de niño y por desgracias de la vida se marca un objetivo y todo gira en torno a como se desenvuelve y como supera todas y cada una de las cosas que le suceden para conseguir ese objetivo.

¿Lo malo? Que es sólo el primero, no sé cuantas partes habrá (creo que ni el mismo autor lo sabe) pero me he quedado con las ganas, muchas ganas...