Matt Smith y la carga de ser el undécimo Doctor (III y última parte)

Amy, Rory, Amy y Rory, River Song, el Silencio, La Pandórica, la chica que esperó, el bebé, otra vez River... eran elementos demasiado buenos como para desaprovecharlos, y es lo que se hizo, aprovecharlos tanto que el "status" del Doctor como protagonista ha ido peligrando desde entonces. Almenos hasta el primer episodio de la sexta temporada. ¿Creíais haberlo visto todo? ¿Creíais conocer al Doctor? ¿Creíais que Matt Smith lo había dado todo? Estábais equivocados, aún no habíais visto nada, no había visto... a un Doctor de más de 1.200 años.

Cuando comienza la sexta temporada Matt nos pone los pelos de punta a todos interpretándose a sí mismo pero con casi 300 años más de edad. Un Doctor más frío, calculador, que conoce su destino y, lo más importante de todo, ha viajado solo demasiado tiempo. Y todos sabemos lo que le ocurre al Doctor cuando viaja solo: pierde su esencia, su sentido, su misión y su perspectiva. Por eso siempre-debe-ir-acompañado. Es entonces cuando el Doctor vuelve y toma las riendas de la serie. Es necesario llegar a ese punto para superar todo lo ocurrido, y Matt Smith lo consigue de nuevo para, a continuación, devolvernos al Doctor de 900 años y dejándonos a todos boquiabiertos. Parece que no, pero ahí están, sutilmente insertadas, las diferencias, los matices y, sobre todo, el alto nivel de interpretación del actor.

Pero hay más, el Doctor aprende una dura lección durante la sexta temporada: ha llamado demasiado la atención, y eso no sólo le ha acarreado problemas a él sino también a la gente a la que ama, por eso debe continuar sin acompañantes y averiguar todo lo que pueda sobre el Silencio, aunque ello le lleve 300 años. Y no se le da mal, él mismo admite que ha gritado mucho, se ha dejado ver demasiado, y es hora de actuar desde las sombras.

Hace poco se dió a conocer la noticia de que Karen Gillian (Amy Pond) continuará una temporada más, así como también fuimos conocedores de una profecía: los campos de Trenzaiore, la caída del undécimo ¡Y la pregunta! ¡La primera pregunta! Todo ello acompañado de una escena en el episodio del hotel donde el Doctor entraba en la habitación n.11 y veía lo que más temía pronunciando las siguientes palabras: "ah, tú, quien sinó". Eso quiere decir que Matt Smith no ha acabado de sorprendernos, que nos espera una genial (aunque tardía) temporada n.7 de Doctor Who. ¿A qué teme el Señor del Tiempo? ¿A una nueva regeneración? ¿Era el n.12 quien estaba en la habitación? ¿Será la séptima la última temporada de Matt Smith como Doctor? ¿O nos lo quieren hacer parecer para sorprendernos al final y convertir a Matt en el, curiosamente, más longevo Doctor de todos los tiempos en la pequeña pantalla?


Sea lo que sea os ha de quedar clara una cosa: la carga de ser el undécimo Doctor es más pesada de lo que creéis. Estábamos todos equivocados al creer que a Matt Smith le quedaba un duro trabajo por delante para estar a la altura de David Tennant, o Tom Baker. Eso fue superado en tan solo media temporada gracias a él y el trabajo de sus compañeros, y no sólo actores, aunque si bien es cierto que una serie se sustenta por algunos personajes también lo es reconocer al gran equipo (creativo, productivo, técnico..) que hay detrás.

En definitiva, el trabajo de Matt no termina nunca porque, aunque la carga de ser el Doctor comienza en el momento en que tienes que hacer creer al telespectador que tú eres un Señor del Tiempo, ésta continúa capítulo a capítulo a pesar del resto de actores y sus grandes actuaciones, a pesar de las grandes tramas que te rodean, a pesar de todo ello y más; Matt Smith tiene que llevar a sus espaldas, minuto a minuto, el peso de ser el protagonista indiscutible de Doctor Who. Nos encontramos series donde un personaje destaca y eso da éxtio a la serie, u otros que son los protagonistas que nos vienen dados, sin más. En Doctor Who eso es indiscutible, quien sea el Doctor debe molar, por encima de todo, ya incluso antes del opening. Matt Smith lo ha conseguido, y sigue en ello, pero para acabar me atrevo a decir algo más: si finalmente la próxima temporada es la caída del undécimo, estoy seguro de que lo vamos a llorar tanto o más que a David Tennant. Esperemos que no tengamos que hacerlo ¿verdad?