EL JUEGO DE LAS PALABRAS (13ª PARTE)

Nuestra querida brujita Getzsemane nos envía este divertido juego de las palabras (que en que me he visto de seguir O_O) las bases del cual podéis leer AQUÍ.

ANTERIORMENTE


El jubilado M. de 65 años de edad, cliente habitual del prostíbulo local, es drogado por la meretriz jamaicana G. y dos colegas de profesión, con la intención de sustraerle la cartera. La droga no es correctamente metabolizada por M. y a causa de, desarrolla una erección permanente.M. es detenido por la incrédula patrulla de la policia y, además, denunciado por E. mujer de limitada estatura que lo acusa de profanar su oquedad ocular con el miembro erecto.La comisaria del caso, decide enviar a M. al veterinario para que le ayude a remitir los efectos de la droga. Una vez allí, mientras espera su visita, unas terribles ganas de mear se apoderan del anciano, que padece de una angustiosa situación para poder evacuar toda la orina posible.


Fuera, Bernardo, preocupado por el anciano que no salía, se debatía entre permitirle la privacidad o entrar en su auxilio; más su mente se las compuso para crearle la escena más dantesca que se pueda recrear con los elementos disponibles, a saber, un anciano empalmado en el cuarto de baño de una clínica veterinaria. Ante tal visión, el pobre Bernardo reprimió una arcada, miró para otro lado y buscó un penthouse entre las revistas de la mesita decorativa.Al ver salir al anciano, más descansado, menos tenso e igual de empalmado, pero sin oir el ruido de la cisterna, dijo:

-¿Todo bien?

-Si, joven.-Aún tiene el color de la cerveza calentorra...


Una delicada voz juvenil salió proyectada del interior de la sala de consultas.

-¡¡El siguiente!!


Y AHORA CONTINÚO YO (como pueda...)


El joven doctor Sigüenza, veterinario de la zona, y al que todos llamaban cariñosamente Castraperros rondaba la treintena y esa noche estaba a punto de terminar su turno. Aquel día se encontraba especialmente cansado puesto que había tenido que realizar diferentes radiografías de última hora a "Zarpitas", el gato siamés de la señora Carmen. Sigüenza no solía odiar a los gatos, pero Zarpitas era especial, sabía como sacarle de sus casillas, quizá por eso utilizaba con él la milenaria técnica del Ma'mporro.


Antes de cerrar su secretaria le había comunicado que Gabriela, una comisaria de policía con la que tenía el placer de haber utilizado con ella sus mejores técnicas de veterinario (como la postura del perro, la postura del erizo, la postura... dejémoslo ahí), había pedido cita para un caso de extrema urgencia y no había podido negarse.


Cuando el anciano entró por la puerta el veterinario no daba crédito a lo que sus ojos veían:


-¡Señor Manolo!-Gritó eufórico el joven.

Sigüenza!-Exclamó el anciano, más aterrado que sorprendido-Dios mío, esto no puede estar pasando.


El policía miró rapidamente a cada uno de los dos a ver qué demonios estaba ocurriendo.


-Señor Manolo-continuó el veterinario-¿Y este policía que le acompaña...?

-Verá hijo...tengo un problema...

-¿Un problema?-Le interrumpió el joven con una sonora carcajada y dándole palmadas en la espalda-¡Mi antiguo profesor de mates era experto en resolver problemas!


El agente desvió su mirada hacia otra parte de la consulta para ocultar su sonrisa.


-A ver-prosiguió el doctor en un tono más serio-¿Qué le trae por aquí?


Manolo, sin más preámbulos y echándole bemoles al asunto decidió bajarse los pantalones de forma contundente para ir al grano.


-¡¡Cielo santo, virgen, espíritu y la biblia entera!!-Exclamó Sigüenza mientras se apartaba de un salto.


-Parece ser que es la reacción a algún tipo de droga-Intervino por primera vez el policía-Debido al...esto... tamaño del problema hemos decidido traérselo a usted.


El veterinario no pronunció palabra y se limitó a arrodillarse y examinar el miembro erecto.


-Cuidado hijo-le advirtió el anciano-podría sacarle un ojo...

-No se preocupe Señor Manolo-contenstó el muchacho pensativo- He tratado con caballos anteriormente. Creo que ya sé que hacer. Siéntese.


El anciano tomo asiento en la fría camilla que ocupaba el centro de la consulta mientras el muchacho buscaba en una estantería. A continuación sacó una pequeña ampolla y mientras rellenaba una jeringuilla con su contenido le lanzó al Señor Manolo una zanahoria, y éste la atrapó con la boca.


-Eftá ufté de froma ¿no?

-Perdón, se me fué la olla, es la costumbre-Sigüenza se disculpó al tiempo que se aseguraba que de la punta de la aguja brotaba líquido-No sé preocupe Señor Manolo, será un momento.


El anciano se puso de costado apoyándose en su lado izquierdo mientras el veterinario procedía a pincharle en el culo.


-Verano del 85... quería irme de vacaciones pero ustéd me suspendío con un 4.75...-Masculló para si mismo Sigüenza al tiempo que apuñalaba el culo de Manolo con una jeringuilla de 8 cm.


-¡¡¡Ayy!!!-El anciano se incorporó y le propinó una sonora colleja a Sigüenza.


-¡Viejo del diablo!


-¡Un poco de orden!-Intervino el policía


-¿Orden?...¡¿Orden!?-Gritó Manolo-¡Ha estado a punto de salirme la aguja por la punta del capullo!


Aún con los pantalones bajados el anciano era capaz de defenderse y no estaba dispuesto a ninguna humillación más aquella noche. El veterinario intentó sujetarlo pero Manolo fue lo suficientemente rápido como para apartarlo de él metiendo al agente de policía por medio. Y fue entonces cuando lo vió todo claro, debía encontrar a un doctor de verdad que lo ayudase pero antes debía saber el contenido de los polvos y era evidente que la policía no lo iba ayudar, por eso no se lo pensó dos veces y salió corriendo de la consulta.


Una vez en la calle se dió cuenta que después de correr 20 metros, al tiempo que se subía los pantalones, que la edad no perdona y que no podía con su alma. Debía esconderse lo antes posible para despistar a la policía, así que decidió entrar en el primer local que vió, Fiesta 24 H.


Fiesta 24 H es un local que se dedica a todo tipo de celebraciones: cumpleaños, bodas, despedidas de soltero, etc... Manolo había ido a parar ni más ni menos que a la cocina del local donde una joven con el pelo corto "a lo chico" le plantó una tarta con una enorme polla de chocolate delante de sus narices:


-¡Esto pa la sala 7 en la despedida de la Ramona! ¡Marchando que no tenemos toda la noche!


El anciano, para no causar sospechas, se dedicó a llevar la tarta pero su erección era tan evidente que tarde o temprano lo descubrirían. O no. Si en ese momento entraba la policía Manolo estaría preparado, así que decidió sustituir su miembro por el de chocolate encima del pastel y entrar en la sala 17... donde un grupo de monjas octogenarias lo estaban esperando...


Y hasta aquí he llegado...


Le paso el turno ni más ni menos que a... Goku_junior ;) ea, a disfrutarlo!!

5 comentarios:

bollicao dijo...

A pesar de haber estado inactivo nuestro juego durante casi una semana, por causas ajenas al mismo, sorprendentemente ha sido una satisfacción haber leido y disfrutado enormemente con tu continuación!!!

Muchas GRACIAS por participar en "El Juego de las Palabras"

Un saludo!!

- YOGUR - dijo...

Jajajajajajajajajaja Lo has bordao Conner!! Qué buena idea lo de que Manolo fuese profe de Mates de Sigüenza Jajajajaja

Unknown dijo...

Como cita mi blog, OMG!! xD jajaja

Lo que va a vivir el viejo en la fiesta de monjas no se le va a olvidar nunca jejeje, a ver que se me ocurre...

Unknown dijo...

Jajaja, muy cachondo (nunca mejor dicho!).

"-Cuidado hijo-le advirtió el anciano-podría sacarle un ojo..." Qué risas!

Paco Hernández dijo...

jejeje gracias, me alegro que os haya gustado y un abrazo a Getze por la oportunidad

 


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