Crónica del pájaro que da cuerda al mundo

Hace tiempo que avisé que las lecturas de Haruki Murakami eran peligrosas porque se volvían adictivas, a veces hasta tal punto que te costaba leer algo diferente. Es por eso que este libro, aunque hace más de un año largo que salió a la venta, no me lo leí hasta ahora. He dejado pasar un tiempo y ha estado ahí, en mi estantería, peligrosamente clavando su mirada en mi cada vez que pasaba por su lado.

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo no es un libro cualquiera, no se trata de un plato normal y corriente o un precongelado que podemos hacer en nuestra casa. Va mucho más allá puesto que tiene un sabor especial y eso hace que te deleites con todas y cada una de sus páginas, literalmente saboreas la escritura, algo que pocos autores pueden conseguir.

Me está costando mucho escribir este post, sobretodo porque ya no tengo más palabras para decir QUE ESTE LIBRO ES COJONUNDAMENTE BUENISIMO. El autor, a través de una trama principal, nos lleva a un sinfín de pequeños relatos unidos todos ellos por una moraleja final que no deja estar exenta de interpretaciones.

El argumento es el siguiente, tal cual indica el libro y creo que mejor no se puede describir: Tooru Okada, un joven japonés que acaba de dejar voluntariamente su trabajo en un bufete de abogados, recibe un buen día la llamada anónima de una mujer. A partir de ese momento la vida de Tooru, que había transcurrido por los cauces de la más absoluta normalidad, empieza a sufrir una extraña transformación. A su alrededor van apareciendo personajes cada vez más extraños, y la realidad, o lo real, va degradándose hasta convertirse en algo fantasmagórico. La percepción del mundo se vuelve mágica, los sueños son realidad y, poco a poco, Tooru Okada deberá resolver los conflictos que, sin sospecharlo siquiera, ha arrastrado a lo largo de toda su vida.

Lo "malo" es que al acabar de leer el libro me enteré que ha salido a la venta el último de Murakami en español, After Dark, y aunque normalmente espero a la edición de bolsillo para comprármelo esta vez no ha podido ser.

¡Maldito Murakami! ¡He vuelto a caer en sus redes!