Hoy he recordado una llamada telefónica

Este domingo nuestra querida brujita Getzse me hizo llegar por correo electrónico un asqueroso artículo sobre lo mala que es la cohabitación y que està escrito por el arzobispo de Burgos. Hasta hoy no lo he podido leer, y no voy a hablar del tema porque se me revuelve el estómago, pero mientras lo leía hoy he recordado una llamada telefónica.

Para empezar voy a dar detalles de esos que poco importan pero con los que me conoceréis un poquito más, no conseguiréis con ello la contraseña de mi mail pero bueno, menos da una piedra. En primer lugar no me gusta dormir mucho. (Impacto) Sí, lo sé, suena raro pero como duerma más de 7 u 8 horas seguidas después tengo un dolor de cabeza y estoy insoportable todo el día. Así que mi media es de unas 6 o 7 horas al día, como mucho. Eso ha convertido en rutina que los fines de semana, empezando por el viernes, me quede despierto hasta las 5 o 6 de la madrugada y luego felizmente me despierte a las 10 o a las 11, cuando no lo he hecho a las 9.

Y ahora sí, vamos con el tema. El caso es que durante un tiempo tomé la rutina de, mientras curraba con el pc de casa, escuchar la radio hasta las 4 de la mañana, así que los viernes por la noche me deleitaba con Milenio 3 (del Íker) y "Hablar por hablar". No sé si conoceréis "Hablar por hablar" pero es un programa que lleva aaaaños en Cadena SER y su contenido es bien simple: la gente llama por teléfono y cuenta lo que quiera. En serio, lo que quieren. Durante mi época del instituto fue la bomba (y hablo de hace 13 años) porque oías de todo: desde un camionero enamorado de su compañero, hasta como la Guardia Civil arrestaba a un tio que había llamado al programa y decía que iba a matar a su mujer...etc... En fin, el hecho es que después de años sin escucharlo volví a retomarlo después de la universidad. Hasta que una noche...

Una noche oí la que para mi fue la llamada telefónica más triste que jamás ha habido: llamó un hombre de 72 años de edad. No recuerdo su nombre, y eso me reconcome porque es imperdonable ya que el resto de lo que sigue no se me olvidará nunca.

"Después de 47 años he perdido al hombre que he amado toda mi vida. Después de 47 años viviendo juntos, hoy he tenido que enterrarlo. Hoy me he levantado y no estaba a mi lado, después de hacerme a la idea (otra vez) me he vestido para ir al entierro, donde no he podido sentarme en primera fila, y tampoco en la segunda o en la tercera puesto que las ocupaban su familia. Al llegar a casa tenía mil cosas que decirle: sobre como iban vestidos algunos, sobre lo que he visto en un escaparate de la calle comercial... pero ya no puedo"

Aquí el hombre se puso a llorar sin consuelo alguno.

Seguidamente la periodista le preguntaba que donde estaba. El anciano se había apostado en el armario de casa y llamaba desde allí, no quería moverse porque sabía que en cualquier momento iba a llegar la familia de su difunta pareja (nunca estuvieron casados) para llevarse todo lo que "por derecho" les pertenecía. De modo que en pocas horas iban a entrar sobrinos, hermanos y primos a adueñarse de todo aquello que les entusiasmara llevarse.

"Qué voy a hacer si se me van a llevar cada año de los 47, porque yo no puedo vivir así, no puedo vivir sin su olor, aquí en este armario es como si estuviera con él y tuviésemos 25 años otra vez"

Después leo cosas como las que escribe el arzobispo de Burgos o CUALQUIER OTRO GILIPOLLAS DESCEREBRADO sobre la familia, las parejas de hecho, los derechos de los padres y demás sandeces y, como es mi blog y digo lo que me sale de las narices, SÓLO ME DAN GANAS DE VOMITAR.