Hoy decimos adiós a Camilo

Ya me lo dicen en casa que me encariño con cualquier cosa, pero es que no puedo remediarlo. Hoy, aunque os parezca una tontería lo que os voy a contar, es un dia triste para mi y es que se me han quitado las ganas de todo con lo que ,me ha pasado.

Volvía a mediodía de pasear a Noah cuando en un descampado al lado de casa he visto a un gato en posición de cazador y me he asustado porque por un momento he pensado que cazaba alguna rata o algo (a lo que tengo fobia mortal) pero no, a menos de un metro de él había un pollito, sí un pollito de estos chiquitines amarillos.

No me gusta cuando Noah se pone a la defensiva con los gatos, intento enseñarle que no quiero sea violento con ellos, sobretodo porque en mi barrio hay muchos, para ser exactos en mi calle hay 7 callejeros y unos 10 o 12 con dueño, imaginad. El caso es que hoy le he dejado que fuera para el gato porque éste estaba a punto de avalanzarse sobre el pollito. Sé que es ley de vida y que era comida, pero dos cosas:

1-Maldigo al hijo de puta que ha soltado al pollito allí aposta, porque he visto de lejos como lo hacía pero no sabía lo que soltaba exactamente de la caja.

2-No va conmigo dejar que el gato matase al animal aunque fuera para comer.

Así que el gato se ha escondido, tranquilos que Noah no le ha hecho nada sobretodo porque yo lo llevaba con una correa extensible y lo he agarrado. Pero era demasiado tarde, anteriormente ya le había dado un zarpazo porque el pollito tenía un corte en un costado y algo le sobresalía. Enseguida me lo he llevado a casa, le he dado de comer y beber (nada de alcohol) y he llamado a un amigo que me ha dicho que la herida pintaba mal. Micompidelcurro me ha dicho que lo lleve al veterinario (incluso se ha ofrecido a pagar la mitad de los gastos, ¡¡qué maja es!!, ya os contaré lo del sirope). Así que he cogido al pollito y lo he llevado a Carmen, la veterinaria de Noah.

Se me ha caído el mundo encima cuando me ha mirado y ha dicho que no con la cabeza sin pronunciar palabra. Al parecer la herida le ha desparramado las tripas al animal y era cuestión de 2 o 3 horas que muriera y encima estaba sufriendo. Carmen no me hubiera dado la alternativa de sacrificarlo si no fuera porque estaba segura al 200%, así que hemos tenido que hacerlo... por dios, es lo peor que he hecho en mi vida, aún tengo el nudo en la gargante.

Y esa es la historia del pollito. No quería que quedase como el "bicho que conocí en tres horas" ni que con pocos dias de vida tuviera una vida tan corta y una muerte tan desagradable y encima solo. Por eso lo cuento porque ya sabéis que dicen que cuanto más se sabe de alguien más vive. Y ahí queda.

Al pollito lo llamé Camilo.