Odio la palabra utopía, la odio.












Muchas veces he querido escribir este post, muchas veces, tantas que no recuerdo.

Cuando yo tenía 22 años mi padre murió y el cielo cambió de color. En serio. De verdad. No sé cómo, no sé por qué, desde entonces el azul del cielo no me ha parecido igual, nada me pareció igual. Era como si viviera en otro mundo, en otra tierra, como si no lo conociera. Quería mucho a mi padre, pero mi padre había perdido el norte, había perdido el rumbo y había dejado que el trabajo, la lucha y, en parte, la ira gobernasen su vida. Recuerdo comentar eso con mi hermana en muchas ocasiones. Había perdido su objetivo, estoy seguro que ni siquiera recordaba por qué luchaba y por qué trabajaba tanto. Me prometí que eso no me pasaría jamás. 

Entonces estaba en la universidad, así que después de arreglar la documentación correspondiente me pasé dos semanas caminando por la ciudad. No sé por qué lo hacía, me levantaba, no iba a clase en la universidad e iba a hacer encargos, pero cuando terminaba seguía caminando. Lo observaba todo: el paisaje, animales, a las personas de un lado para otro, y leía, leía periódicos, veía noticias durante todo el día, pero ante todo me observaba a mi, a mi pasado, mis amigos, mis conocidos, mis aficiones... Y al final me encontré, lo único que quería era vivir. Atención, cliché, simplemente quería hacer lo que me hiciera más feliz, hacer todo aquello que me apeteciera pero sin dañar a nadie y mantener ya no el respeto, sino la empatía como un límite. Me pareció que algo tan básico como el bien y el mal o, simplemente, hacer lo correcto y más justo era lo que tenía que guiarme. 

Y así fue, durante más de 10 años.

Desde hace unos años eso me cuesta cada día más, y más. Cada día que pasa me doy cuenta que estamos perdidos, todos, todos y cada uno de nosotros. Vivimos en un mundo donde aberraciones como la política y no la moralidad y la ética nos gobiernan. Donde criamos a nuestros hijos a antojo de, no sólo las decisiones de unos pocos, sino lo peor de todo, a antojo de nuestros miedos. Ponemos barreras a la vida continuamente ¿por qué? Por miedo. Tenemos miedo, y el miedo nos hace ser débiles, envidiosos... crueles. Intentamos proteger lo que más queremos a sabe Dios qué precio y nos estamos hundiendo. 

Cada vez que leo un tebeo de superhéroes en el que el gran villano de turno hace la gran pregunta se me hablen los ojos como platos: "Dime, superhéroe, ¿por qué merece el hombre vivir? ¿por qué no puedo destruir todo el puto planeta?" Y ya me véis a mi casi de pie buscando una respuesta "Sí, joder, ¿por qué? Vamos convénceme, ¡maldita sea!". Creedme, la respuesta casi nunca me convence. A cada noticia que veo, a cada comentario que leo creo que no merecemos ser salvados. Y es en ese punto en el que me pierdo, en el que me rindo, en el que creo que no estoy viviendo y en el que, de alguna forma, me estoy convirtiendo en mi padre. 

Veo gente, cada día, a mi alrededor, sufriendo. No, no, leed bien. No tristes, o preocupados, o teniendo un mal día, NO, joder, no, sufriendo. Sufriendo por ellos, por sus seres queridos, por una mala vida, por las drogas, por la falta de trabajo, por no tener ni para comer. Ah ¿creíais que hablaba de gente que lo pasa mal porque sólo les quedan 300€ para acabar la semana? ¿Por qué han cambiado a su dibujante favorito de su serie favorita? ¿De personas que este año se tienen que conformar con un hotel en la playa y no en poder viajar a Nueva Zelanda? NO. Abrid los ojos, me refiero a gente que padece enfermedades incurables, gente que sufre porque no pueden hacer nada por ellos, PERSONAS que cada día tienen que luchar por una sonrisa, por un segundo, un segundo de felicidad, un segundo de 24 horas, creedme, es una mierda de tiempo, pero un puto euromillones para el que lo consigue. 

Y, pese a todo, pese a eso, pasamos de largo. Alimentamos al dragón. Vamos a llamarlo dragón, porque es un todo ¿sabéis? Política, miseria, enfermedad, pobreza, contaminación, es un todo. Y ese todo parte de nosotros. Nosotros somos el puto dragón del cuento, nosotros, nadie más que nosotros. Y cuando el dragón llega, cuando ataca, cuando se come todo lo que conoces y se lleva parte de tu alma, en ese momento, es entonces cuando alguien, joder, cuando alguien te sonríe, alguen te ayuda y entonces, sólo por eso, por esa sencación es por lo que vale salvar a la puta raza humana. 

A todo el mundo le mola Lobezno, a mi no. A mi me mola la parte humana de Lobezno, la parte de él que odia ser Lobezno. Veréis, para los que no sabéis de comics y no habéis visto las pelis, Lobezno es un superhéroe, pero un chulo, pero chulo de chuleras, y molón muy molón. Saca sus garras y todo lo arregla, con chulería, no puedo con eso. No puedo. Luego está ese otro, el tio de la capa roja, el que vuela y tal, el que no es tan molón porque es un "tontolpueblo" cortito que sólo tiene músculos y algo más, ¿qué era? Ah sí, moral y un conjunto de principios para hacer lo correcto. Pero eso no mola, no, que va. ¿Sabéis que mola de verdad? En serio, no os lo váis a creer. Un abrazo. Eso mola, de verdad, mola mucho.

¿Sabéis que mola también? La joven del agua. Esa película me parece maravillosa. ¿Y sabéis qué no mola? Cuando alguien se rie de la parte de la historia en que cuentan que hay un escritor que publicará un libro que creará un ideal en una persona y esa persona, en base a ese ideal, cambiará el mundo. No me mola que se rían de eso, nada, en serio, me parece triste y una lástima que algo tan maravilloso sea apartado a un lado simple y llanamente porque parece... utópico. Odio esa palabra, utopía, la odio.

Volviendo a lo de los abrazos, muchas personas no saben qué es eso, y algunos no quieren saberlo. Y todo porque el dragón está ahí, acechando, observando, tenemos que ser tipos duros y mujeres seguras de nosotras mismas, fuertes y sin debilidad, y hombres guays y cool, los abrazon no entran ahí. No saben lo que se pierden, no saben de lo que un abrazo es capaz. Es más, incluso después de dar o recibir uno incluso miran de reojo a ver si el dragón los ha visto, si han sido "débiles" por un momento. No hay nada más valiente en este mundo que dar un abrazo. Abrazos gratis. La gente se rie de ello. Frikis. Sí, seguramente. ¿Pero y si lo necesito? ¿Corro a que me den uno? No puedo, el dragón observa. Yo corro, en los salones, la gente me ha visto y los que dan abrazos gratis salen corriendo, corro a ellos a darles un abrazo. A mi me parece genial. No me da vergüenza. Ah, es eso, vergüenza. Nunca he visto que nadie se muriera por un abrazo, nunca.

Y con esto, si habéis estado atentos a todo lo anterior, os diré que me parece genial. Que diez personas se pongan de acuerdo para salvar a un perro que está atrapado en un desagüe. Diez personas han conseguido eso, con o sin máquinas. Diez. Somos más de siete mil millones, SIETE MIL MILLONES ¿imagináis el potencial? NO. EN SERIO. Dejad de leer un momento, y paraos a pensar, siete mil millones luchando, trabajando y viviendo por un mundo mejor. Uy ¿os ha subido el azúcar? ¿estáis empachados? Creedme, tenéis un problema, bajad la guardia un momento que no os va a pasar nada, esto es sólo un puto blog donde un tipo que vive en algún punto del planeta está divagando a las 9 de la noche de un domingo. Seguimos. Siete mil millones de personas luchando para cultivar, para honrar el planeta que nos da cobijo y nos abastece, siete mil millones de personas para investigar, para ayudar, para trabajar, para repartir una buena vida o la que se nos permita con respeto.

Estamos poniendo fronteras, estamos echando a las personas, estamos contaminando, estamos jodiendo al prójimo porque tenemos miedo, estamos entrando en un círculo vicioso en el que nos olvidamos de que tenemos que vivir. Estos años todo lo que ha ocurrido en España con el tema de la política ha sacado lo peor de mi y he estado a punto de olvidar lo que es importante. Por desgracia mucha gente lo ha olvidado. No soy quien para dar lecciones, pero tengo muy claro que es lo que está bien y lo que está mal, y es tan simple como que lo que está mal provoca que las personas no tengan para comer, no tengan ayuda sanitaria, no tengan donde vivir y, lo peor de todo, no tengan ayuda de los demás. Es. Así. De. Simple. Ahora podemos complicarlo todo lo que queráis, pero sólo tenéis que sentaros a escarbar, más, y más, y más hondo todavía de vosotros mismos. Y ahí está. Simplificad las cosas al máximo, olvidad argumentos, números y demás, pensad únicamente en la vida humana, en la vida que querríais para vuestros hijos, para vuestros hermanos, para vuestros amigos, para vosotros mismos. 

Yo lo he pensado. Y quiero un mundo sano, un planeta saludable, donde no haya hambre ni pobreza, donde no haya fronteras, donde las personas enfermas puedan ser tratadas por igual con todos los medios posibles, todos, de forma gratuita, porque la vida es lo más importante, y donde nuestros hijos aprendan lo que es el respeto, la naturaleza, la ciencia y la libertad, sin hacer daño a nadie y que no exista discriminación de ningún tipo. Donde no existan religiones que hacen daño a las personas, donde la política se convierta en un mero trámite administrativo en el cual unas personas se ofrecen a coordinar todos los servicios existentes única y exclusivamente por el interés general.

Qué ¿algún problema? ¿Utopía? ¿Sí, eso créeis? ¿Utopía? ¿Sabéis que creo yo? Que no hay nada que siete mil millones de personas no puedan hacer y que la utopía es la excusa de los cobardes.

2 comentarios:

Rheam dijo...

No nos conocemos de nada. Yo te leo y poco más. Pero como creo entender un poco como te sientes, y si me pasase a mi querría que alguien me lo dijese, tienes razón. Es descorazonador verlos sufrir (a cualesquiera). Ojalá la palabra utopía no tuviera que existir. Un gran, gran ABRAZO.

Unknown dijo...

Decirte que tienes toda la razón del mundo sería presuntuoso, porque básicamente comparto casi todo lo que dices y no me gusta darme la razón, que si no me confío y no intento hacer las cosas mejor. Lo que desde luego sí que me gusta son los abrazos, y creo que te he dado ya unos cuantos. Y los que te quedan. Gracias por un momento tan sincero :-)

 


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