Me gusta que me sorprendan, sobre todo a la hora de leer un tebeo/cómic/novela gráfica, y en esta ocasión he sido sorprendido gratamente por Álvaro Ortiz en Cenizas. No voy a engañaros, al principio me echaban un poco para atrás las viñetas pequeñitas y tal, pero por otro lado me llamaba mucho el color, uno es adicto al color pastel. ¿Y porqué nos cuenta todo esto? Os estaréis preguntando, bueno, pues porque son de esos pensamientos privados y estúpidos que se nos pasan por la cabeza a los que leemos tebeos a la hora de escoger este o aquel. De modo que, ya os adelanto, que si Cenizas entra en vuestra cesta de la compra no será una mala elección.
Cenizas nos narra el viaje de Polly, Moho y Piter, tres amigos que hace tiempo que no se reunen y que ahora se ven en la "obligación" de reunirse para esparcir las cenizas de un cuarto compañero fallecido que las ha dejado a su cargo. Sin embargo, no solo va a ser el viaje de ellos tres lo que vamos a compartir sino también el de un mono (lo váis a flipar con el mono), el Cowboy, y Smirnov y Smirnov. Tal y como os he dicho al comienzo de este post, el viaje es una sorpresa constante de cara al lector, algo de lo que Álvaro Ortiz se encarga de cara a todos aquellos que vamos de listos y nos creemos que todo es muy previsible, ja!
Lo grande de este comic es, sin duda, acompañar a sus personajes (que no son para nada el estereotipo deseado, ni alguien con quien compartirías seguramente un coche) a lo largo de un camino lleno de humor, suspense, amistad, drama... hasta llegar a una historia final que os va a sobrecoger (para bien) y una viñeta muy, pero que muy emotiva. En definitiva, un cómic con el que he disfrutado mucho y con el que se aprende que ni todo es lo que parece ni nada está perdido si tienes un buen amigo al lado :)
PD: en serio, lo del mono es la leche
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