Detective Conan: El caso del 8º piso

Vamos allá con otro caso de Conan de esos que escribí hace años para una revista de manga y anime nacional. ¿Podréis solucionarlo?

Un lunes por la mañana, en la partida de Shinjuku, Conan, Ran y Kojiro se dirigen a la Mertrait Corporation, una empresa dedicada al reciclaje. El dia antes Kojiro había recibido la llamada de Katsuya Hideyama presidente de la corporación y viejo amigo suyo para investigar una serie de robos en los archivos de la compañía.

9:00 de la mañana.
Conan—Vaya! que edificio más pequeño, solo tiene 10 plantas.
Ran—Es que aunque es una gran compañia esta es solo una de las filiales.

Nuestros amigos entran, pero parece no haber nadie, eso sí, se oye el estruendo de unas máquinas.
Kojiro—¡Cuanto ruido!! ¿y donde está la gente?
“Hasta las nueve y media no empieza a llegar nadie, ahora estan todos desayunando”, la voz procedia del fondo del pasillo, donde se podía observar la figura de una joven menuda y delgada.
Joven—Konnichi wa!, usted debe ser el amigo detective del señor Hideyama. Me llamo Nimae y soy la secretaria del presidente. Me ha dicho que les acompañase hasta su despacho en cuanto lleguen. Perdonen mi retraso es que acabo de bajar corriendo por las escaleras.
Kojiro—Tranquila, acabamos de llegar, y solo pasa un minuto de las nueve, este Katsuya, se ha vuelto muy refinado, jajajaja.
Ran se disponia a llamar al ascensor cuando...
Nimae—No senyorita, el ascensor está bloqueado a causa de las obras, hay que subir por las escaleras...por allí, al otro lado del pasillo. Este cartel –la chica cogió un cartel escondido detrás de la papelera que ponía “No funciona” y lo volvió a colocar en la puerta del ascensor—algun bromista lo habrá quitado.
Conan—¿Y en qué piso tiene el presidente su despacho?
Nimae—En el octavo.
Un estrepitoso “¡¡Queeee!!” de Kojiro, Ran y Conan llenó todo el vestíbulo.
Así pues se dispusieron a subir cuando observaron que tres figuras descendían por las escaleras. Todo y sus piernas manchadas de arena vestían elegantes trajes.
-Gosho Ahoyama: 25 años, director de producción.
-Izumi Matsumoto: 27 años, jefe de personal.
-Rumiko Takahashi: 25 años, relaciones públicas.
Nimae--¿
De donde venís?
Rumiko—Venimos del despacho del sr Hideyama, pero como aún no ha llegado hemos bajado a hacer un café.
Nimae—Es muy raro que aún no haya llegado, me dijo que a las nueve estaría en su despacho, de todas formas hay que volver a subir, dijo que necesitaba que estuviésemos todos reunidos cuando llegase el detective. Mientras llega nos leeremos los documentos que le he dejado esta mañana.
Después de los respectivos saludos se disponían a subir cuando de repente se oyó el sonido de un timbre, igual que el que hace el ascensor al llegar al piso al cual se ha llamado. El ascensor que Ran había llamado acababa de llegar a su destino, pero no estaba vacío, en su interior se podía observar una figura en el suelo.
Kojiro—Katsuya!!
Pero era demasiado tarde, el presidente de Mertrait Corporation había muerto de un disparo en la cabeza.
Conan—Aún está caliente, y hay poca sangre, aún se huele la pólvora, este hombre ha muerto hace pocos minutos.
¡¡Don!!! El golpe de Kojiro se hizo sentir por todo el pasillo. “¡¡Enano apártate de aquí!!
Conan, aún con la lagrimilla que se le saltaba del golpe sufrido no podía dejar de pensar en una cosa “Si no hay nadie más en el edificio y acaba de ser asesinado es posible que el asesino esté entre nosotros”.
El inspector Megure no tardó en llegar y se empezaron a hacer las correspondientes preguntas.
Gosho—Yo subí a las nueve, pero no había nadie, asi que volví a bajar al séptimo a hacerme un café, pero la cafetera estaba estropeada, de modo que decidí bajar a la cafeteria de la planta baja. Y sí, estaba solo hasta que en el tercer piso me encontré a mis dos compañeros que tambien bajaban.
Rumiko—Yo llegué a las nueve menos diez, hora en que empiezan las obras y como me dolían mucho las piernas tardé mucho en subir, pero no llegué hasta arriba, en el tercer piso me encontré al señor Matsumoto que me dijo que Hideyama aún no había llegado asi que me bajé otra vez con él.
“¡Qué chulos y que negro más bonito!!”, Conan se despistó un momento de las entrevistas a ver que pasaba. Ran estaba admirando los zapatos nuevos de Nimae. “Mujeres” pensó el pequeño detective.
Izumi—Yo me subí al séptimo piso, me hice un café y bajé de nuevo al sexto a trabajar, esperando que el señor hideyama me llamase, pero como eran las nueve y no me habían dicho nada bajé a la cafetería y me encontré en el tercer piso con Rumiko.
Conan se acercó mientras al ascensor y pudo observar el casquete de bala en el ascensor.
Conan—Vaya, le han disparado a bocajarro. Pobre hombre.
Kojiro—Lo dudo renacuajo, mi amigo era cinturón negro de judo como yo, nadie a esa distancia le podría haber atacado sin que él se defendiese.
Conan—Igual es que conocía al asesino...
Kojiro—¡¡Te digo que no!! aunque lo conociera nadie le puede pillar desprevenido. Y yo encontraré al asesino, lo juro katsuya.
Nimae—No quiero culpar a nadie, pero Izumi, Gosho y Rumiko son del club de judo del sr. Hideyama.
Conan—Así que cualquiera podría haberle atacado.
Seguidamente todos, incluyendo los sospechosos, subieron hasta el octavo piso.
Conan—Estoy hecho polvo.
Ran—Vaya con las obras del segundo piso, me han puesto todos los pies perdidos de arena. Joder, y no se va, aaah se me ha pegado. –Conan pensó, “Mujeres”—.
Conan—mmm...por cierto, señorita Nimae, que hay en el séptimo piso?
Nimae—Está el archivo central
Conan—Ese es el que robaban no?
Nimae—Si, un chico muy despierto eh?
Conan—Si, jejeje... por cierto—Conan se gira a todo el mundo—ahora que me acuerdo, Señor Matsumoto
Izumi—¿Si, pequeño?
Conan--¿Como pudo tomarse un café en el séptimo piso si la cafetera estaba estropeada?
La cara de Matsumoto adquirió rápidamente un color pálido y un sudor frío recorrió todo su cuerpo mientras pensaba en una frase conocida por todos: “Maldito crío”
Kojiro—Ajá!! Así que fue usted, ¡¡usted le mató!! .Ha fallado en su coartada
Izumi—No, no le maté, lo juro, yo no fui, ¡¡por favor créanme!!.
Ran—Ahora lo veo claro, en el séptimo está el archivo, usted robaba los documentos, seguramente el señor Hideyama nos lo iba a decir y usted lo mató.
Izumi—No, bueno, sí!!, yo robaba los documentos, ¡¡pero yo no he matado a nadie!!
Las palabras de Matsumoto se perdieron en el viento mientras la policía se lo llevaba arrestado. Aún y así, Conan no estaba muy convencido “él no es el asesino, sé quien ha sido, pero no sé demostrar como pudo matarlo, nadie puede bajar tantos pisos de una manera tan rápida”

Martes: 9:00 de la mañana.
Al dia siguiente Ran, Kojiro y Conan volvían al despacho del difunto presidente de la Mertrait Corporation para recojer unos papeles para la investigación.
Esta vez el ascensor, una vez recogidas las pruebas, ya funcionaba, así que subieron al octavo piso.
Kojiro--¡¡Agghh!! Joder, con el sol de las narices.
Habían llegado al octavo piso, después de abrirse la puerta kojiro había sido deslumbrado por el sol, y delante de ellos podían observar la puerta del despacho.
Conan—¡¡Dios mio!!...Tengo... tengo que ir un momento al lavabo.
Kojiro—Pues no tardes!!
Conan desapareció a lo largo del pasillo y se introdujo en el primer despacho que vió que tenía teléfono, lo descolgó, seguidamente acercó su pajarita al micrófono, cambio el tono de voz con el de Kojiro y dijo....
Conan--¿Inspector Megure? Si, soy Kojiro, por favor, en diez minutos le espero en el vestíbulo de la Mertrait Corporation, ah! y traiga a todos los sospechosos...¿que porqué? muy fácil, porque ya sé quien es el asesino.
¡¡Conan ya sabe quien asesinó al señor Hideyama!! ¿Y tu?



2 comentarios:

Monglomorolos dijo...

L seretaria mató al director cuando llegó a primera hora de la mañana en el ascensor, aprovechando que el destello de luz deslumbraba al director, desconozco su móvil, pero es lo de menos, bajó en el ascensor hasta la segunda planta, ya que sus compañeros estaban en la tercera, se manchó los zapatos y recibió a nuestros protagonistas bajando por las escaleras.

El ladrón, pasó por la séptima planta, pero no a tomar café, sino a pillar algunos documentos más, así que a la cárcel también por chorizo avaricioso, que la avaricia rompe el saco.

Bueno, aquí mi sospechas, espero haber acertado =)...

Paco Hernández dijo...

solo puedo decir que muy bien, pero que hasta mañana no puedo desvelar la respuesta final por si alguien más se aventura :)

 


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